By Invitation (BYI, 2025). Salón de arte moderno y contemporaneo

De 6 a 9 de Noviembre de 2025. Círculo Ecuestre. Calle Balmes esquina Diagonal. Barcelona

Con obras de Elisa Terroba y Enrique Marty

La Gran participa por primera vez en la feria By Invitation, que celebra su sexta edición en noviembre de 2025. Y presenta un proyecto con obras de Elisa Terroba (Málaga, 1986) y Enrique Marty (Salamanca, 1969), concebido como una intervención site-specific pensada para una de las bibliotecas del Círculo Ecuestre entre cuyos libros, elementos de mobiliario y cuadros, ambos artistas insertan varias de sus últimas obras, algunas creadas específicamente para la ocasión. Terroba interviene la librería y los escritorios con esculturas de su serie El peso infundado. En ellas, piedras de diversos orígenes atrapan libros (imposibilitando su lectura) escritos por pensadores clave de la tradición occidental que han proyectado visiones misóginas que han contribuido a perpetuar y legitimar los obstáculos –las piedras en el camino– de las mujeres. Así, estas esculturas son a la vez libros de artista y manifiestos, gritos.

Por su parte, Marty muestra pinturas y esculturas de la serie Non-melancholic scenes, que, inquietantemente llenas de elementos que la historia occidental ha ido cargando de significado, reinterpretan la tradición pictórica de los siglos XV y XVI desde una mirada contemporánea para apelar a la atenta observación de un espectador que se enfrenta a narrativas enigmáticas y en apariencia absurdas, pero siempre perturbadoras.

En el espacio simbólico de la biblioteca, ambos proponen un diálogo entre memoria y representación, entre saber y poder.

Notas sobre los artistas:

Elisa Terroba desmonta el lenguaje y los libros para volverlos a montar de forma diferente, deconstruyendo y pervirtiendo sus estructuras para así generar discursos y formas mutantes que nos recuerdan la realidad híbrida que vive en la actualidad el libro y cómo el lenguaje se ve modificado en la sociedad digital. Las nuevas estructuras que genera (objetuales unas veces, digitales otras) hacen desaparecer la narración literal del texto original para expandirse y revelar las infinitas variables de su contenido. Así, sus libros, convertidos en objetos y en poesía visual, narran cosas distintas a sus propios argumentos.

La artista ha recibido numerosas becas y premios y su obra forma parte de colecciones como la del Centro de Documentación MUSAC, la de la Biblioteca Nacional, la Colección Norte del Gobierno de Cantabria, la de la Fundación Otazu o la de Casa de Velázquez.

El trabajo de Enrique Marty siempre ha buscado inquietar, sacar al espectador de de su zona de confort, de su mirada apresurada y a menudo superficial, vacua. Sus primeras obras –que expuso en 2000 en una individual en el Museo Reina Sofía, en el MOT de Tokio o en el MUSAC– eran inmensos gabinetes de escenas pintadas a partir de cientos de fotos tomadas de su entorno familiar, en las que este deja de ser algo amable y cercano para convertirse en un ambiente casi esperpéntico. Esa idea de caos acompañada de una iconografía más propia del cine de terror ha estado presente siempre en su trabajo, que ha sido expuesto en galerías y museos de todo el mundo.

A partir de 2020 empieza una serie de cuadros de muy pequeño formato –al principio miniaturas– que tituló Non-melancholic scenes. Pintados con lupa y llenos de símbolos y referencias a la pintura flamenca y del primer barroco (Van Eyck y Rubens, sobre todo) buscan que el espectador se deleite en la contemplación... para finalmente meterle lentamente el dedo en el ojo. De nuevo inquietarle, pero con una estrategia pausada, menos violenta pero igualmente efectiva. Su último gran proyecto, De Profundis, se mostró durante todo 2024 en el interior de la catedral de Amberes.