Marina Núñez. “Vanitas”

De 24 de mayo a 29 de agosto de 2021 en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid

La muestra, comisariada por Rocío de la Villa, es la cuarta entrega del programa anual “Kora” dedicado a artistas españolas que trabajan desde una perspectiva de género y se extiende desde el balcón-mirador de la primera planta hacia las salas 5, 6 y 10 de la colección permanente, donde sus videos, esculturas y pinturas dialogan con obras de maestros antiguos como Hans Memling, Jan de Beer o París Bordone.

Marina Núñez “recupera y reinterpreta el tradicional bodegón, vanitas o naturaleza muerta –género considerado menor y relegado en el pasado a las pintoras– para abordar desde un punto de vista post-humano, ecologista y feminista nuestra actual relación con la naturaleza”. Una selección de quince piezas (la mayor parte realizadas ex profeso para esta exposición), entre las que se encuentran pinturas, vídeos digitales y esculturas de cristal tallado con láser, remiten a la condición orgánica del ser humano y a su fragilidad. Lejos del concepto de naturaleza como conquista y motivo meramente decorativo, sus “flores heroicas” renacen vencedoras en la lucha por la abolición de alienaciones y desigualdades.

Desde sus inicios, los juegos sobre la revisión iconográfica de la pintura siempre han estado presentes en su obra, y más concretamente, aquellas imágenes vinculadas a representaciones femeninas icónicas, o al género del bodegón de flores, como únicos temas que podrían representar las mujeres en pintura, en contraposición a las grandes batallas heroicas o los cuadros históricos en los que trabajaban los hombres. Núñez ha continuado investigando y teorizando en esta línea crítica, aumentando sus referencias con el objetivo de abrir nuestras mentes a nuevos imaginarios, mundos y formas de habitar el entorno. En sus últimos trabajos recupera la representación de naturalezas muertas desde un posicionamiento ecofeminista –en consonancia con las últimas ideas de la teórica Donna Haraway– con el objetivo de dialogar con estas representaciones históricas florales de maestros antiguos del museo como Joos van Cleve, Hans Memling o Hans Holbein. 

En palabras de la comisaria, “Durante dos décadas se han multiplicado sus imágenes de devenires mujeres en arquitecturas y paisajes fantásticos desarrollados en tecnología 3D, aunque siempre intercalados con un imaginario que no ha dejado de dialogar con la historia del arte y la representación de mujeres fluidas, sus heroínas. En sus últimos trabajos, agujeros insondables las atraían con su fuerza de gravedad hacia aventuras geológicas, reclamando la unidad entre la humanidad y su lugar, la Tierra, cuya supervivencia (junto a la nuestra) percibimos hoy amenazadas de muerte, ante la crisis climática (y eventuales sucesivas pandemias como resultado de la sobrexplotación).

No es extraño que Marina Núñez vuelva a la representación de naturalezas muertas y vanitas desde una posición ecofeminista, con Haraway como uno de sus principales referentes en el horizonte distópico de la extinción del ser humano y de nuestro planeta. En Seguir con el problema, presenta su noción, irónica y provocativa, del Chthuluceno, como “la utopía de una nueva alianza entre especies que se organiza para revitalizar un planeta devastado por el capitalismo patriarcal” (en síntesis de Paul B. Preciado).”

 

Sobre la artista:

Con su obra plástica reciente, Marina Núñez (Palencia, 1966) nos invita a reflexionar sobre cómo afectan a nuestra subjetividad y a nuestra vida las cada vez más habituales interferencias entre lo humano y lo tecnológico. Una constante de su obra ha sido siempre la representación de seres aberrantes, diferentes, los que existen al margen o en contra del canon. Los cuerpos anómalos que pueblan sus cuadros, infografías o vídeos nos hablan de una identidad metamófica, híbrida, múltiple. Recrea una subjetividad desestabilizada e impura para la que la otredad no es algo ajeno, sino que constituye básicamente al ser humano.

Así, sus mujeres histéricas, medusas, momias, monstruos o cíborgs, a pesar de pertenecer al territorio de los excluidos, no nos resultan lejanos sino que nos afectan e identifican. Y sus imágenes se perciben como espejos ligeramente deformados que nos sugieren que la locura o la monstruosidad son simplemente una cuestión de grado.

Es una artista que desde sus primeras obras se cuestiona sobre los roles de género y sobre los cánones establecidos, así como por lo que existe al margen de lo normativo. Plasma esta búsqueda en diversos formatos como pintura, vídeos y animaciones en 3D. En los últimos años muestra predilección por el software 3D y de efectos especiales. En su obra se percibe la influencia que ha podido tener en ella la literatura de ciencia ficción o el cine, dos fuentes clave de inspiración de su trabajo.

La obra de Marina Núñez forma parte de destacadas colecciones como las de Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, MUSAC, Artium, CA2M, La Caixa, Fundación Botín, Corcoran Gallery of Art, The Katzen Art’s Center, FRAC Corse, Museo de El Cairo, etc; y ha tenido gran difusión dentro y fuera del circuito artístico, como autora de publicaciones, textos para congresos, etc. Desde 1993 ha realizado múltiples exposiciones en prestigiosos museos y galerías de Europa, Hispanoamérica y Estados Unidos, entre las que podemos destacar las individuales en el Museo Reina Sofía, MUSAC, Artium, Es Baluard, Capilla del Museo Patio Herreriano, Centre d’Art La Panera, Catedral de Burgos, la intervención en la Fachada del IVAM, etc. O en las Galerías Buades, OMR, Pilar Serra, Espacio Mínimo, John Berggruen y muchas otras.

www.museothyssen.org/exposiciones/marina-nunez-vanitas

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Vistas de la exposición (Todas las fotos son de Hélène Desplechin)

Marina Núñez, “Marejada 1” (2020). Lápiz e impresión sobre madera. 122x160 cm