Marina Núñez

Selección de obras disponibles

 

Más obras en ARTLAND | Bio de Marina Núñez

 

"Envidia” (varios títulos). 2022

Bajorrelieve en latón lacado. Medidas variables: 30x38 cm aproximadamente.

Edición de 5 + 1 PA

En estos bajorrelieves en latón unos brazos imitan con su postura, al forzar el gesto de la mano con sus dedos, la planta que tienen al lado. Y consiguen que les crezcan hojas, flores, frutos, tan grande es el deseo y la voluntad de parecerse a ellas. Frente a la ilusoria idea de la pureza homogénea y de la competitividad como lucha evolutiva, la bióloga Lynn Margulis hablaba del valor de la cooperación, de la recombinación, en un juego en el que todos ganan. Sin ir más lejos, los seres humanos somos “comunidades de microbios”, producto de la simbiosis.

"Marejada" (6, 7 y 8). 2021

Imagen digital sobre pan de oro. 45x45 cm. Edición de 3 ejemplares + PA [Enmarcado].

Figuras femeninas de las que brotan tallos, de las que surge un paisaje, que se convierten en el paisaje mismo. En palabras de la artista: «su piel no es una frontera, o una armadura, sino algo poroso, abierto, fluyente. Con empatía hacia el entorno, en vez de protección, hostilidad o miedo… son simbióticas».

"Marejada" (I, II y III). 2020

Lápiz e impresión sobre madera. Medidas variables: 122x160 cm aproximadamente. [Enmarcado].

Las obras de la serie “Marejada” mezclan el trazo a lápiz tradicional con el infográfico. Estas figuras femeninas, sinuosas y orgánicas, resumen la doble lectura que puede extraerse de la obra de Marina Núñez: individual, al proponer un movimiento personal tumultuoso de la conciencia; y social, ya que la palabra «marejada» también alude a un rumor o murmuración que sostiene una multitud. La doble acepción de estas inmensas olas está en estos momentos en sincronía con las revoluciones emocionales que estamos viviendo actualmente, tanto a nivel individual como colectivo.” (Susana Blas Brunel).

"Especie". 2019

Cristal tallado con láser y base de luz LED. 23x10x10 cm. Edición de 3 + PA. Consultar

Figuras femeninas congeladas en el interior de cubos de cristal iluminados desde su base que están recorridas por una maraña de líneas, como ramas retorcidas que ascienden desde un suelo formado a su vez por ramas. Son seres en progreso, unidos de forma indisoluble a su entorno y que parecen haber multiplicado su aparato circulatorio y sensorial, amplificado sus fronteras físicas y mentales en un crecimiento arborescente o rizomático. Las ramas se proyectan en múltiples direcciones, vinculando interior y exterior, desbordada ya, sin control o contención alguna, cualquier sujeción a una identidad estable y narrando su propia insubordinación y resistencia a cualquier reducción taxonómica o lectura homogeneizante.

"Simbiosis" (Droseras). 2022

Imagen digital en tinta sublimada sobre aluminio. 40x40 cm. Edición de 3 + 1 PA Disponible simultáneamente como NFT

Estas obras son personajes de forma humana pero piel alienizada, con una textura hiperornamentada que rememora los mundos vegetal y mineral. Y alrededor de sus ojos crecen droseras, como unas pestañas vivas que continúan el intrincado dibujo de su superficie corporal. Un sujeto simbiótico, complejo, en el que conviven las especies, que es en sí mismo un ecosistema.

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"Inmersión". 2018

Infografía sobre papel de algodón Photo Rag. 70x125 cm. Ed 3 + 1 PA. Consultar

En esta serie, que incluye videos e imágenes digitales, Marina Núñez ha creado una colección de mundos fractales. Su forma, su estructura, se repiten en cada escala. 

Su objetivo es proponer una metáfora sobre la “inmersión” de la identidad en el entorno y la de los espectadores en las profundidades de la obra creativa, creando una colección de mundos fractales, un entorno de arquitecturas vegetales y geométricas, de extraños paisajes pétreos que recuerdan a yeserías, bajorrelieves en piedra o tallas en madera, en uno de cuyos posibles recorridos aparecen estas mujeres que son asimismo objetos fractales, y por tanto similares al paisaje en el que están inmersas. 

 

"Fuera de sí". 2018

Infografía sobre papel montada en aluminio. 35x35 cm. Ed 3 + 1 PA. Consultar

Imágenes de resonancias iconográficas cósmicas en las que los rostros se convierten en conglomerados precarios de cuerpos celestes que forman nuevas constelaciones o crean, como supernovas, nuevos sistemas estelares. Esos rostros descompuestos pueden sugerir un estado descontrolado, pero también pueden evocar un descentramiento productivo, un irse más allá del estado estable conocido y rutinario para explorar los espacios vacíos entre nuestras certezas y crear otros mundos.

 

"Pesa el aire". 2016

Infografía sobre papel montada en aluminio. 105x75 cm. Ed 3 + 1 PA. Consultar

El imaginario de Marina Núñez no ha dejado de desarrollar nuevas formas desde mediados de los años noventa, aunque bajo ellas siguen latiendo las mismas obsesiones y algunos símbolos. Uno de ellos es el que remite a la figura mitológica de Ícaro, quien, para huir volando del laberinto de Minos, recibe de su padre Dédalo unas alas formadas por plumas enlazadas entre sí con cera que le provocan la caída tras acercarse demasiado al sol. Ícaro, para la artista, es una forma de hablar del intento humano de elevarse sobre unos límites impuestos con las propias fuerzas, lo que implica el peligro de la caída y de la muerte.

 

"El fuego de la visión". 2015

Vídeo monocanal, sonido, 1' 50". Edición de 3 + 1 PA. Precio: Consultar

A través de un agujero que se abre en la pared, un ojo observa nuestro mundo. Su pupila se abre y fluye hacia nosotros, creando finalmente una forma biológica. La mirada, como el arte, si se plantea nuevas perspectivas, crea nuevos mundos.

 

"Fluye la carne". 2015

Vídeo monocanal, sonido, 2’. Serie de 3 + 1 PA. Precio: Consultar

Una especie de magma líquido se va agitando hasta que conforma a salpicones una máscara que salta hacia el rostro que observa la superficie impertérrito. En el momento del acoplamiento, el magma comienza a caer con gran fuerza, subsumiendo el rostro en la propia corriente, licuándolo.

 

(Sin título). Serie "Ciencia Ficción". 2014

Infografía impresa con tintas pigmentadas sobre papel de algodón 100% Fine Art. 55 x 40 cm. Edición de 10 + 1 PA. Consultar precio

Retratos de mujeres bellas y tranquilas, que, sumergidas como sirenas parecen empatizar con el medio que las acoge y se funden con él, licuándose y conformando híbridos que cuestionan, una vez más, los límites de la naturaleza.

 

(Sin título) Serie "Monstruos", 2011

Óleo sobre papel montado en aluminio. Enmarcado. 70x50 cm. Consultar precio

Se trata de seres inconsistentes, maleables y fluyentes que constituyen un territorio perturbador para las viejas dicotomías entre esencias y apariencias. Seres asexuales, camaleónicos, flexibles y adaptativos más propios de la nueva sociedad cambiante que les ha tocado vivir.

 

"Infierno". 2012

Vídeo monocanal, sonido, 5’ 37”. Serie de 3 + 1 PA. Consultar precio

De unas llamas surgen dos figuras humanas: masculina y femenina. Ambas, acompañadas por una música eclesiástica terrible, parecen intentar huir de un fuego que los consume al mismo tiempo que los constituye. Intentan huir de sí mismos sin remedio.

 

(Sin título) Serie "Monstruos". 2011

Infografía sobre pvc, 105x120 cm serie de 1 + 1 PA

Las cabezas deformadas, sometidas a fuerzas internas y ajenas que las transfiguran, pueden sugerir experimentos fallidos, malogradas tentativas frankensteinianas, aunque su inconsistencia, su fluidez, no tienen por qué entenderse como un proceso de declive, también pueden evocar cambio y regeneración.

 

 

(Sin título) Serie "Ciencia Ficción". 2010

Infografía en caja de luz. 29x47,5 cm. Edición de 5.

Continuando con el trabajo digital de Marina Núñez, esta pieza retoma la temática del monstruo fijada en el cuerpo femenino. Una bella mujer yace desnuda y tranquila en el suelo. Su cuerpo, repleto de protuberancias, parece colonizado por otros seres. Rostros deformes, como máscaras vacías, parecen haber surgido de la misma piel de la yacente, que cambia su identidad y se multiplica.

 

(Sin título) Serie "Ciencia Ficción". 2000

Óleo y esmalte sobre lienzo, 155x250 cm

En la era cibernética, la vieja dicotomía entre cuerpo y alma se ha renombrado. Imaginamos ahora materia y energía, nuestra esencia como un conjunto de pautas de información, pero la idea es muy parecida, persiste un anhelo desmaterializador, una idea del cuerpo como un epifenómeno inquietante, como una carcel accidental.