Marina Núñez

Por Marta Álvarez

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Con su obra plástica reciente, Marina Núñez (Palencia, 1966) nos invita a reflexionar sobre cómo afectan a nuestra subjetividad y a nuestra vida las cada vez más habituales interferencias entre lo humano y lo tecnológico. Una constante de su obra ha sido siempre la representación de seres aberrantes, diferentes, los que existen al margen o en contra del canon. Los cuerpos anómalos que pueblan sus cuadros, infografías o vídeos nos hablan de una identidad metamórfica, híbrida, múltiple. Recrea una subjetividad desestabilizada e impura para la que la otredad no es algo ajeno, sino que constituye básicamente al ser humano.

Así, sus mujeres histéricas, medusas, momias, monstruos o cíborgs, a pesar de pertenecer al territorio de los excluidos, no nos resultan lejanos sino que nos afectan e identifican. Y sus imágenes se perciben como espejos ligeramente deformados que nos sugieren que la locura o la monstruosidad son simplemente una cuestión de grado.


Presencia en internet

www.marinanunez.net

Ficha en la web de La Gran

Pinterest de La Gran

Canal de Youtube de Marina Núñez


Enlaces

Entrevista Metrópolis 

Entrevista Oral Memories 

Entrevista Madrid art Process 

Ficha web Adacyl 

Entrevista OpenEstudio 2013 en Madrid Art Process 


Exposiciones (selección)

Ha expuesto individualmente en centros públicos como el Espacio Uno del Reina Sofía, La Gallera de la Comunidad Valenciana, la Fundación Pilar y Joan Miró en Palma de Mallorca, la Iglesia de Verónicas en Murcia, el DA2 de Salamanca, la Casa de América en Madrid, el Instituto Cervantes en París, La Panera en Lleida, el Musac en León, el Centre del Carme en Valencia, la Sala Rekalde en Bilbao, o el Patio Herreriano en Valladolid.

En cuanto a las exposiciones colectivas, se pueden destacar "Transgenéric@s" (1998, Koldo Mitxelena Kulturnea, San Sebastián), “La realidad y el deseo” (1999, Fundación Miró, Barcelona), “Zona F” (2000, Espai d´Art Contemporani de Castelló), “I Bienal Internacional de Arte” (2000, Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires), “Ofelias y Ulises. En torno al arte español contemporáneo” (2001, Antichi Granei, Giudecca, Venecia), “Big Sur. Neue Spanische Kunst” (2002, Hamburger Banhof, Berlín), “Pain; passion, compassion, sensibility” (2004, Science Museum, Londres), “Posthumous choreographies” (2005, White Box, Nueva York), “Identidades críticas” (2006, Patio Herreriano, Valladolid), “Pintura mutante” (2007, MARCO, Vigo), “Banquete (nodos y redes)” (2009, Laboral, Gijón, y 2010, ZKM, Karlsruhe, Alemania), "Skin", (2010, Wellcome Collection, Londres), "Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010", (2012, Musac, León).


Textos Feminismo

• Juan Antonio Álvarez Reyes
¿Por qué la histeria?, ¿por qué la pintura?
“Marina Núñez”, catálogo, Ed. Universidad Pública de Navarra, Pamplona 1996, pp. 3-6.

• Mar Villaspesa
Ciencia-ficción. De la representación, la alteridad y el ciborg
“Marina Núñez”, catálogo, Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana. Valencia, 1998, pp. 50-63.

• Patricia Mayayo
Charcot reinterpretado
Jano Medicina y Humanidades, nº 1.651, 11-17 de mayo de 2007, pp. 52-54.

• Clara Castro del Álamo
Ciberfeminismo y Marina Núñez
Presentación, Congreso de Jóvenes Filósofos, 2008

• Isabel Tejeda
Marina Núñez o la construcción del cíborg. Un discurso multimedia entre la utopía y la distopía
Icono 14, revista digital, nº 18, 2011, Año 9 Vol. 1 -Mujeres y tecnología, pp. 1-19.


Entrevista de Marta Álvarez con Marina Núñez

Empezaremos por el principio, ¿cómo te decantaste por el estudio de Bellas Artes y qué pasos diste para forjar tu carrera en un primer momento? 

No es que fuese la única carrera que consideraba, aún me atraen mucho algunas que me planteé como la psiquiatría o la biología... pero me alegra enormemente mi decisión; pensaba entonces, y luego corroboré, que podría ser un mundo particularmente interesante, que conocería a personas brillantes, lúcidas, comprometidas…

Marina Núñez. "Sin título (muerte)", 1994, óleo sobre raso


¿Encontraste problemas por ser mujer?

He tenido mucha suerte, supongo que me ha tocado ser la cuota, pertenecer a ese número de mujeres artistas que logran visibilidad y hacen que el sistema se considere a sí mismo justo. Si algunas pueden llegar a exponer o salir en medios... es que no hay discriminación por motivos de género, sino de calidad. Es un argumento tan viejo como incierto e insidioso, tanto si hablamos de género como si hablamos de raza, clase...
La realidad, que me encontré de forma más contundente de lo que esperaba cuando MAV comenzó a sacar a la luz informes y estadísticas, es sin embargo muy clara: el número de mujeres que hace Bellas Artes es de alrededor de un 70%, pero el número de mujeres profesionalizadas es de alrededor de un 30%, en algunos ámbitos mucho menor. Si los tantos por ciento se revierten es, obviamente, porque existen todo tipo de impedimentos, unos manifiestos y otros soterrados, que provocan que las mujeres sean invisibles, o simplemente abandonen.

¿Crees que la situación ha cambiado mucho o los artistas “emergentes” continúan encontrando los mismos problemas o facilidades? ¿Y en el caso de las mujeres? ¿Se han superado las dificultades de hace algunas décadas?

Los artistas emergentes siempre tienen su nicho, son necesarios para que el sistema se renueve, y además son baratos, suelen pedir poco o nada por muchísimo trabajo. No sé si sus dificultades son ahora mayores o menores... En cuanto a las artistas emergentes, contra todo pronóstico, y para echar un jarro de agua fría sobre el optimismo e incluso sobre la lógica, los números de cuando yo empezaba se mantienen. Así que aunque no conozco la casuística concreta de las mujeres que ahora comienzan, sin duda tendrán muchos más problemas que sus compañeros hombres para lograr cierto reconocimiento.
www.mav.org.es/index.php/observatorio/informes

Tu obra ha sido continuamente relacionada con el feminismo y, ciertamente, desde el principio trabajas la construcción de la identidad femenina a partir de la alteridad con lo masculino; sin embargo, el carácter feminista de tu obra le fue adjudicado más bien después, ¿cómo o por qué crees que surge esa caracterización? 

Mi percepción es que desde el principio se me asoció con el feminismo. Porque es precisamente al comienzo cuando de forma más inequívoca dejaba claro, tanto formal como iconográficamente, que estaba hablando, entre otras cosas, de cuestiones de género.
Aunque luego he realizado obras con muchos otros temas de fondo, siempre ha habido algo que se ha mantenido: la representación de los seres diferentes, aberrantes, aquellos que existen fuera o en contra del canon. Poner de manifiesto la violencia excluyente de los estereotipos dominantes fue uno de los grandes logros discursivos del feminismo de los 60-70 y posterior.

Sabemos que, aun siendo feminista y reconociendo la pluralidad encerrada bajo esta etiqueta, no te decantas por una vertiente concreta dentro del movimiento; sin embargo, ¿qué opinas de la discriminación positiva a nivel expositivo?

Bueno, aunque hay, como dices, muchos feminismos, alguna cosa sí tengo clara: aunque se supone que es un término superado (ojalá), puedo afirmar no soy esencialista en absoluto, que me parecen más interesantes los planteamientos que ponen en crisis cualquier identidad que se normaliza o naturaliza, incluido el sujeto del feminismo.
Y estoy absolutamente a favor de la discriminación positiva, ahora denominada con el eufemismo acción positiva, en general, así que lógicamente también en el mundo del arte. Sinceramente, no se me ocurre otro modo de romper el techo de cristal, que ha resultado ser de cristal blindado. Teniendo en cuenta lo que dice el artículo 26 de la Ley de Igualdad, debería sorprendernos (aunque no lo haga) que no se aplique desde hace años en proyectos públicos, concursos públicos, compras públicas, becas públicas…

"Marina Núñez. Sin título (locura)", 1996, instalación en el DA2, Salamanca 2002


Tu discurso en torno a la identidad femenina se ha construido en base a conceptos clave o “fenómenos-indicio” (1) como “locura” o “histeria” relacionados con los análisis de pensadores como Freud o Foucault por un lado y como Butler por otro. ¿Hasta qué punto y de qué manera has bebido de esos u otros discursos?

Probablemente los ensayos no me hayan influido tanto como la literatura, o como la pintura occidental, o como el cine. Pero es cierto que algunos me han ayudado enormemente a entender y asentar conceptos que han sido claves para mis representaciones. Algunos a priori, como Foucault. Otros me los he ido encontrando según investigaba temas. Por ejemplo, por seguir con los que has nombrado, cuando me topé, prácticamente por casualidad, con el Gender trouble de Judith Butler, ahora un libro seminal, estaba acabando mi tesis, que se llama Feminidad y mascarada. Y bueno, ella decía parte de lo que yo intentaba decir, solo que, obviamente, incomparablemente mejor. Así que me vino de miedo. No tanto para la tesis, aunque por supuesto incluí alguna cita suya, ni como influencia directa en alguna obra o serie de obras, sino para reforzar discursos.

A nivel artístico, por otra parte, tus fuentes son variadas y van desde el imaginario barroco hasta el clínico de principios del siglo XX. ¿Tu producción ha partido conscientemente de dicho imaginario? ¿Has realizado investigaciones exhaustivas de documentos?

No ha sido una decisión deliberada en algunos casos (Barroco, Surrealismo, cierta imaginería científica…), sólo una cuestión de afinidad con ciertas imágenes poderosas que me han impactado. Pero sí en algunos otros, como en la iconografía de la Salpetriere, o en las representaciones de endemoniadas en el cine, por ejemplo. Pero no diría en ningún caso que hayan sido investigaciones exhaustivas, más bien deambulares parciales.

En la exposición de Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010 tus piezas de la serie Locura convivieron con una instalación de Carmen Navarrete que tematizaba también la práctica clínica de Charcot. Como indica Juan Vicente Aliaga (2), el médico de pronto se convirtió en actualidad en el panorama artístico español dados tu trabajo y el de Carmen Navarrete, a pesar de ser muy diferentes. A menudo trabajas con Enrique Marty y vuestros trabajos también están entrelazados en varios sentidos. Es interesante cómo en una misma época diferentes sensibilidades acaban por llegar a resultados similares. ¿Con qué artistas coetáneos tuyos relacionas tu trabajo? ¿Te sientes parte de una generación? 

Me siento de la generación de los 90, pero no sólo porque de hecho lo sea, sino porque a principios de los 90 surgieron en España muchos artistas que me parecían y me siguen pareciendo muy interesantes, a los que, a lo largo del tiempo, fui conociendo y apreciando, y con los que sí percibo afinidades. Su producción se alejaba de los cuadros, esculturas y fotografías que definieron los 80, tanto en formalizaciones (no me refiero a las técnicas sino a la sintaxis, porque algunos pintábamos o esculpíamos, aunque sin duda en la mayoría de artistas había una tendencia a la diversidad de medios y soportes, propia de los tiempos), como en objetivos (con unos discursos analíticos y críticos muy bien armados, en general con una fuerte conciencia de las implicaciones ideológicas de las representaciones). 
No con todos ellos se relaciona mi trabajo, claro está. Pero con algunos, como Enrique Marty o Daniel Canogar, sí hay coincidencias claras, como cierto gusto por lo siniestro y lo monstruoso (Enrique) o el interés por las implicaciones de la tecnología (Daniel), aunque cada uno lo procese de forma muy diferente.

Tu obra siempre ha mantenido un relato vanguardista y fuerte a caballo entre la revisión histórica y la innovación técnica o tecnológica. Has abierto puertas en varios frentes hasta llegar a hacer del ratón tu pincel, como has dicho alguna vez (3). ¿Por qué diste este salto hacia las nuevas tecnologías?

Al principio fue porque me parecía que algunas de las imágenes que tenía en mente funcionarían mejor con un acabado fotográfico que pictórico, por cuestiones semánticas; por ejemplo, me interesaba que la fotografía, aunque no tenga lógica en la era digital, provoca aún una fuerte ilusión referencial, la imaginamos transparente al mundo, objetiva. 
Y como me sentía cómoda con el Photoshop, fui probando otros softwares progresivamente más complicados, que me abrían posibilidades de representación. Como explicaba muy bien Gombrich, no hay una separación estricta entre las habilidades técnicas y los conceptos, ni el orden va, como solemos imaginar, del concepto a la manera de representarlo, más bien es un recorrido circular, porque nuestro vocabulario y nuestra sintaxis determinan lo que podemos pensar. De modo que diría que he conocido ciertos programas porque quería conseguir ciertos efectos e investigaba en la red cómo lograrlos, pero también que conocer esos programas me ha traído nuevas ideas.

Marina Núñez. "Sin título (ciencia ficción)", 2010, infografía en caja de luzAl mismo tiempo que a nivel material o formal, diste un salto a nivel de contenidos y comenzaste a trabajar el imaginario de lo posthumano desde una visión más bien apocalí…

Marina Núñez. "Sin título (ciencia ficción)", 2010, infografía en caja de luz


Al mismo tiempo que a nivel material o formal, diste un salto a nivel de contenidos y comenzaste a trabajar el imaginario de lo posthumano desde una visión más bien apocalíptica en una nueva definición de la identidad. ¿Continúa habiendo aquí discurso feminista en la línea del pensamiento ciborg de Haraway? (4)

Como he dicho antes, el discurso feminista está en el tono de fondo de todas las obras aunque no traten específicamente de cuestiones de género, en el sentido de que fue fundamental desvelando el modo de funcionamiento del canon dominante. Y además me interesó mucho el manifiesto cíborg de Haraway y, efectivamente, algunas de las representaciones de cíborgs o poshumanos en general tienen que ver con cuestiones que ella plantea, como que una política cíborg (híbrida), apuesta por la afinidad con la otredad. 

En la misma conferencia a la que hemos hecho referencia anteriormente, comentaste que Internet nos proporciona una identidad múltiple, dado que nos permite pasar de uno a otro avatar de manera fluida. ¿Concibes esta posibilidad como una vía de liberación? 

Creo que ésa y otras situaciones propiciadas por la informática y la biotecnología cambiarán inevitablemente la forma en que el ser humano se entiende a sí mismo. Aunque hay una fuerte inercia, los discursos dominantes se resisten a aceptar las nuevas concepciones de cuerpos e identidades a pesar de las evidencias científicas o sociales.

¿Qué crees que puede aportar Internet a la lucha feminista?

No lo he pensado, supongo que posibilidades de asociación para compartir tanto conocimientos como acciones políticas, y también cierta visibilidad.

Como artista, ¿qué opinas de la necesidad de estar presente en la red para “existir” hoy en día? ¿Cómo vives tú esta especie de obligatoriedad?

Me gusta mucho tener una página web, es muy útil para trabajar a cualquier nivel, con comisarios, gestores, galeristas, investigadores… Pero el formato de la mía es de gran catálogo o archivo, no es un formato vivo, más bloguero. No dudo de la eficacia de las redes sociales para conseguir visibilidad y conexiones, pero, a no ser que tengas mucha ayuda, el tiempo que tienes que invertir es demasiado. A mí me parece que al final, unido a correos y gestiones, me impedirían leer o incluso hacer obra, así que por el momento ni me lo planteo, tengo otras prioridades.

El año pasado desarrollaste una aplicación para el Centro de arte la Panera de Lleida que es el primer centro español en impulsar el arte móvil (5), ¿qué supone para ti esta pieza? ¿Cómo la relacionas con el resto de tu obra? 

Conceptualmente no hay nada diferente en ella, está plenamente integrada con el resto de la producción, y creo que eso es válido para todos los artistas que participan en este proyecto. Pero fue emocionante explorar este formato, tanto por el desafío conceptual y técnico como, sobre todo, porque ofrece una posibilidad real de infiltrarse en otros mundos, de discutir convenciones, tantas veces cuestionadas pero aún presentes, sobre medios y lugares adecuados para el arte culto.

Marina Núñez. "Worlds Inside", 2012. Mobile-art del Centro de Arte La Panera, Lleida


El ámbito educativo en general carece aún de la actualización necesaria en términos de feminismo y, probablemente, de cultura crítica. ¿Cómo vives la problemática de la academia desde tu condición femenina y de docente? ¿Cómo propones tú que mejore esta situación?

En mi entorno inmediato, en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, sí hay bastantes docentes, a mi modo de ver, que aunque no den asignaturas específicas relativas a cuestiones de género, sí tocan eventual o regularmente el tema, y que sin duda, en un sentido más general, pretenden desarrollar en sus alumnos una conciencia crítica.
Pero es sin duda cierto que hay enormes déficits en estas materias en todos los niveles de educación. Por lo que respecta a la Universidad, que conozco algo más, van apareciendo asignaturas, seminarios, encuentros, másters, grupos o cátedras establecidos, pero es cierto que el ritmo es bastante lento, lo que es extraño y significativo teniendo en cuenta el interés que se percibe entre los estudiantes.


Notas:
(1) Tomamos aquí la terminología utilizada por Alberto Martín en su texto del catálogo de la instalación El infierno son nosotros, Museo Patio Herreriano, Valladolid, 2013, p. 43
(2) Aliaga, Juan Vicente y Mayayo, Patricia (eds.), Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010, This Side Up, Madrid, 2013, p. 64-65
(3) Conferencia, Curso de aproximaciones al arte contemporáneo, Museo Patio Herreriano, 2013
(4) A este respecto es muy interesante el texto de Isabel Tejeda que enlazamos.
(5) Ver Bosco, Roberta y Caldana, Stefano, “Un arte móvil para el móvil”, 29-11-2012, El arte en la edad del silicio, Blog de El País